As a whole, the stairsways of Puerto Montt constitute an architectural element that articulates the city, responding to its topographical condition, and that allows other uses beyond pedestrian traffic. In them there are instances of recreation, socialization and appreciation of the landscape. Despite the value they possess, Citizens perceive them as unsafe or dangerous places, which may be due to the lack of attention from the institutional framework and the bad practices that some pedestrians develop in them. Given the current lack of public spaces enabled in the historic center of Puerto Montt, the stairs and their diversity of uses make even more sense. This research investigated 3 stairs in particular as a methodological essay that provides concrete data for various studies. The applied methodology was mixed, combining quantitative and qualitative data, with an ethnographic approach, whose base considers the tools provided by Jan Gehl to study the city and its public spaces, and the hand sketch as an observation instrument. In this way, patterns of pedestrian use were identified.Las escaleras de Puerto Montt constituyen en su conjunto, un elemento arquitectónico que articula a la ciudad, respondiendo a la condición topográfica de ella, y que permite otros usos más allá del tránsito peatonal. En ellas se dan instancias de recreación, de sociabilización y de apreciación del paisaje. A pesar del valor que poseen, la percepción ciudadana sobre estos elementos es de inseguridad o peligro, lo que se puede deber a la falta de atención desde la institucionalidad y por las malas prácticas que algunos peatones desarrollan en ellas. Ante la actual falta de espacios públicos habilitados en el centro histórico de Puerto Montt, las escaleras y su diversidad de usos cobran aún más sentido. Esta investigación indagó sobre 3 escaleras en particular como un ensayo metodológico que otorga datos concretos para estudios diversos. La metodología aplicada fue mixta, combinando datos cuantitativos y cualitativos, con un enfoque etnográfico, cuya base considera las herramientas brindadas por Jan Gehl para estudiar la ciudad y sus espacios públicos, y el croquis como instrumento de observación. De esta forma, se identificaron patrones de uso del peatón.