En el año 1975 un poeta francés, miembro de la Academia de Letras, entrega al público un libro que lleva el sugestivo título de La révolution paralléle. Se trata de una meditación acerca de las condiciones de vida de la inteligencia en el mundo moderno- contemporáneo, de su camino de desagregación y de las posibilidades de recuperación vigorosa a partir de un proyecto educativo y, en consecuencia, cultural que redescubra, ante todo, el movimiento ordenador del espíritu en la interioridad personal de cada hombre. Decir esto es afirmar, como quiere Platón, que el alma es la forma del mundo; o, como dice Pierce Emmanuel, que el mundo es interior.