The Independence of Chile, as a crisis of the Spanish empire, was open to experiences of both seriousness and comedy, like any human expression. The elite felt compelled to impose strict discipline upon themselves and the entire population. This required limiting the comedic spirit of life. It was essential to meet the expectations of birthing a new nation in the Western world. The festive and humorous aspects of popular culture were discredited as expressions of barbarism that needed to be abandoned. The process of Independence became associated with compulsory military service, the press and its ideological warfare, political and religious intolerance—serious and fearsome aspects of life. Popular culture, on the other hand, continued to resist such civilizing seriousness.La Independencia de Chile como crisis del imperio español estuvo abierta a las experiencias de lo serio y de lo cómico, como cualquier expresión humana. La elite se sintió abocada a un estricto disciplinamiento de sí misma y del conjunto de la población. Esto exigió poner límites al espíritu cómico de la vida. Era indispensable cumplir las expectativas del nacimiento de una nueva nación en el concierto de Occidente. Los rasgos festivos y humorísticos de la cultura popular se descalificaron como expresiones de una barbarie que había que abandonar. El proceso de la Independencia se identificó con la milicia forzosa, la prensa y su guerra ideológica, la intolerancia política y religiosa, aspectos de la vida que fueron graves y temibles. La cultura popular, por su cuenta, continuó resistiendo tal seriedad civilizatoria.