En un pequeño remanente dentro de un terreno en las cercanías del Lago Ranco, se emplaza esta vivienda mínima construida con el objetivo de albergar las actividades cotidianas del vigilante de la propiedad. La necesidad de dominio visual desde este emplazamiento y las restringidas dimensiones del sitio, condicionaron la solución a un volumen vertical de tres niveles para permitir las vistas en distintas direcciones a todo el territorio. El diseño, pretende establecer una lectura de aprovechamiento sobre las particulares condiciones y restricciones de lugar y, al mismo tiempo, dar testimonio sobre la condición de sostenibilidad ambiental con énfasis en la restitución y reciclaje material.