GUERRERO, Bernardo. Cien años con una sola cruz. Fundación CREAR. Editorial El Jote Errante. Iquique. Chile. 2023.
Author
Rivera Olguín, Patricio
Abstract
Iquique, Tierra de Campeones, es una frase que la identidad hace surgir cada vez en eventos que evocan desde el presente el pasado del siglo XX del cual Bernardo Guerrero Jiménez, iquiqueño ante todo e investigador después nos registrar y analiza en sus libros y artículos. Esta vez Guerrero Jiménez, relata una historia desde la narrativa y mas que nada desde dentro, como señala Gabriel Salazar (2003), respecto a narrar la historia desde la memoria y en este sentido, Guerrero Jiménez es asertivo, claro, comprometido y ante muchos elementos, es documentado.
Los documentos que el autor expone los hace desde el registro fotográfico en despliegue que recuerda a Peter Burke con “Visto y no visto”(2001)y desafiando la tradición occidental concibe 13 capítulos de un texto que culmina con conclusiones y bibliografía en una gráfica amena, pequeña, colorida con amarillo negro del club y llevadera, es decir, puede acompañar el viaje en lo local, es completamente leíble y recuerda el formato del libro del mismo autor llamado “Nunca la flor creció: Centenario de la matanza en la escuela Santa María”(2014).
En su comienzo se narra la épica desde clubes, barrios y origen a saber El Colorado, barrio histórico y de génesis de quien escribe, se desliza lo que viene, el recuerdo de “crucianos”, no cruzados ni cruceros, se visibilizan de inmediato, entre estos muchos destaca a Edgardo Barría, a quien el suscrito conoció y se ilustró de relatos del siglo XX, como a la familia Olguín que recuerda nuevamente los orígenes.
Luego, la lectura no cansa, se enlaza con la imagen que narra por sí sola, por ello, el recuerdo de Burke(2001), dado que se relaciona con la historia cultural, si bien este escrito no parte de una cronología inmediata, sí muestra la impronta formativa del autor de su pregrado y postgrados, a saber la identidad, porque comienza con el Nosotros, claro indicio de lo colectivo, dado un club como su juego es grupal, es de nosotros, convoca, juega y la cancha.
El siglo XX se lee con el libro, cada capítulo responde partes armadas que en un momento siguen la cronología, pero en bucles temáticos refiere los años del club, hechos, personajes, carnés, himnos, directivas que revelan los que estuvieron y están, socios y jugadores enlazando con hitos, el de ZOFRI, señala el Iquique de esa modernidad modernizante del cual el autor ha escrito en columnas que si se compilan sería una crónica completa del siglo XX y XXI.
La plaza Arica es el centro de los hechos, entorno a este se refiere la obra, mas desde esa misma narrativa que se anima y hace ilustrar la vida, dada las generosas imágenes se llega a la muerte la cual tiene varios espacios, notable es la referencia a los funerales masivos que señala el autor en las persona de Santiago White, Edgardo Barría, Andrés Mery, Manuel Silva, Mafalda Schenoni e Isaura Leguatt, las palabras al “pelao” Ahumada y a “chanchote” Rivera, entre otros, a ellola vida y el presente con las categorías de niños y niñas, el aporte de la inmigración reciente y el esfuerzo del profesor Luis Dávila en formar nuevas generaciones.
En sí es un texto leíble y democrático, hecho también para el socio, socia, la vecina del barrio, jugadoras y jugadores, sencillamente devuelve en ello, la historia a quien la formaron, como a quienes habitan el lugar social y deportivo que forma el deportivo “La Cruz”.
En un momento de la lectura, el autor señala el dicho popular si las paredes hablaran, sobre ello afirma que lo harían de una historia larga y eso demuestra la fuerza de lo vivido de la pasión y el compromiso de un Iquique que ya no está en todos los clubes, pero que permanece en “La Cruz” el cual data del 9 de septiembre de 1923, mas aún se mantiene y eso es por la fuerza del nosotros, como exactamente señala el autor en el libro.
Es interesante su bibliografía, va desde 1903 con la referencia a Osvaldo López, hasta el 2017 con la referencia a Atilio Jorquera y hasta sitúa la coyuntura con los cabildos y ollas comunes, en sí un relato que desarrolla la narrativa épica, pero desde lo común, lo local y lo barrial, es decir, desde nuestro Iquique.