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dc.creatorSánchez González, Abigail
dc.creatorSánchez González, Elías
dc.date2021-09-30
dc.date.accessioned2024-03-20T13:15:41Z
dc.date.available2024-03-20T13:15:41Z
dc.identifierhttps://revistaespacioregional.ulagos.cl/index.php/espacioregional/article/view/2872
dc.identifier.urihttps://revistaschilenas.uchile.cl/handle/2250/241073
dc.descriptionLa salida de los Militares en 1990 marcó el fin de un ciclo de violencia en Chile, sin embargo la transición que inició el Gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994) fue signo de continuidad del aparato estatal legado por el régimen del general Augusto Pinochet. Por añadidura, el pacto político sellado con el plebiscito de 19883 confirmó la estructura institucional elaborada durantec el período represivo (1973 y 1990), limitando la institucionalización democrática, sobre todo en relación a la historia social y la memoria de aquella historia vivida en el ciclo anterior a 1973.4 En consecuencia, una parte del pasado quedó negado por la nueva vida democrática que emergía con los gobiernos de la Concertación.Por este motivo el caso chileno resulta bastante interesante. Como lo expresa Elizabeth Jelin en una entrevista, aquella relación que dábamos por hecho entre memoria y democracia presenta  varias “dudas” en el presente, puesto que la transición no estuvo falta de memoria como se suele afirmar, se recordó muy bien el pasado institucional que llevo a la supuesta explosión de violencia o de polarización política que desembocó en la dictadura militar. Por este motivo, resulta interesante la satanización que se hace del período político anterior al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, de manera que el nuevo “Orden Institucional” –nos dirá ElizabethJelin- buscó no reiterar las condiciones que llevaron a un “campo de violencia” política o de “polarización de la sociedad” en aquel entonces, de ahí que, la despolitización de Chile, sumado a la flexibilización laboral, el retroceso de las organizaciones obreras y estudiantiles hasta sudesaparición contribuyen a generar este clima de tranquilidad, desvinculando totalmente la política de la sociedad. Esto no quita que esta institucionalidad o nuevo orden critique, judicialice e inclusive condene los actos represivos con los cuales actuaron las FuerzasArmadas durante la Dictadura, pero se tiende a menguar los acontecimientos traumáticos al hacer mención a la etapa previa al Golpe de Estado.es-ES
dc.formatapplication/pdf
dc.languagespa
dc.publisherUniversidad de Los Lagoses-ES
dc.relationhttps://revistaespacioregional.ulagos.cl/index.php/espacioregional/article/view/2872/3809
dc.sourceEspacio Regional. Revista de Estudios Sociales; Vol. 2 Núm. 9 (2012); 131-146es-ES
dc.source2735-6175
dc.source0718-1604
dc.titleLos “exiliados por la educación” y las ramificaciones del pasado reciente chilenoes-ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/publishedVersion
dc.typeOpinión Debatees-ES


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