El hilo conductor de mis investigaciones es analizar las estrategias adoptadas por las élites locales y la élite eclesiástica para erigir nuevas diócesis por el territorio brasileño durante la Primera República. En mi etapa de posdoctorado realizado en el Instituto Histórico y Geográfico de Santa Catarina el objeto de análisis recayó sobre las articulaciones que resultaron en la división de la diócesis de Santa Catarina, erigida en 1908 como resultado del desmembramiento de la diócesis de Curitiba, creando las diócesis de Lages y Joinville en la década de 1920. Estas divisiones obedecieron a una orden rígida de expansión político-institucional dictada por la Iglesia Católica después de su separación del Estado por el decreto 119-A del 7 de enero de 1890 y ratificada por el artículo 7 de la Primera Constitución Republicana (1891). La división administrativa realizada en territorio catarinense, siguió la lógica de otras divisiones diocesanas, pues fue muy bien articulada entre las élites locales (política y económica) y la élite eclesiástica. El Estado de Santa Catarina consiguió también su elevación a estatus de Provincia Eclesiástica, con un arzobispo en la sede episcopal de Florianópolis además de crear los obispados de Lages y Joinville. De acuerdo con los documentos investigados hubo sincronía de interés entre las élites citadas, por lo tanto, el suceso de la empresa fue indiscutible.