Effective communication around vaccines has become an issue of global relevance. Vaccines are important tools for combating diseases and their effectiveness depends not only on their composition, but also on public perception and acceptance. As they have been the subject of mistrust and misinformation, this article proposes a critical reflection on the importance of transparent and evidence-based communication about vaccines, the role of media and society in shaping perceptions, and strategies to improve public trust. The media, with its immense reach and influence, has a duty to promote accuracy and truthfulness, especially on such vital issues. Misinformation and mistrust, exacerbated by cognitive bias and rumour, can jeopardise advances in public health, underscoring the need for clear, transparent and evidence-based communication. To address these challenges, it is essential to adopt interdisciplinary strategies involving education, community engagement and intersectoral collaboration. The health and well-being of future societies will depend, to a large extent, on how we address these issues at the intersection of science, communication and public perception. Ultimately, the goal is to ensure that every individual is equipped with the information and understanding necessary to make informed decisions about their health and that of their community.La comunicación efectiva en torno a las vacunas se ha convertido en un tema de relevancia mundial. Las vacunas son herramientas importantes para combatir las enfermedades y su eficacia no depende solo de la composición, sino también de la percepción pública y su aceptación. Dado que estas han sido objeto de desconfianza y desinformación, por lo cual, este articulo propone una reflexión crítica sobre la importancia de una comunicación transparente y basada en evidencia en torno a las vacunas, el papel de los medios y la sociedad en la formación de percepciones, y las estrategias para mejorar la confianza del público. Los medios de comunicación, con su inmenso alcance e influencia, tienen el deber de promover la precisión y la veracidad, especialmente en temas tan vitales. La desinformación y la desconfianza, exacerbadas por sesgos cognitivos y rumores, pueden poner en peligro los avances en salud pública, lo que insiste en la necesidad de una comunicación clara, transparente y basada en evidencia. Para enfrentar estos desafíos, es esencial adoptar estrategias interdisciplinarias que involucren educación, compromiso comunitario y colaboración intersectorial. La salud y el bienestar de las sociedades futuras dependerán, en gran medida, de cómo abordemos estos problemas en la intersección de la ciencia, la comunicación y la percepción pública. En última instancia, el objetivo es garantizar que cada individuo esté equipado con la información y el entendimiento necesarios para tomar decisiones informadas sobre su salud y la de su comunidad.