This reflection addresses the potency of non-human and its political agency in everyday experience as a resident of Santiago who daily navigates the city’s metro stations and experiences water leaks in its tunnels. It is within this landscape that variations occur, alongside an aesthetic and poetic experimentation that relegates the thing to the modern category of residue when it is no longer useful to society. In such a manner, traces of that ontological dignity are explored in the company of authors resonating with feminist approaches who criticize the nature/culture binarism, derived from Cartesian dualism, seeking to integrate body and matter within an ethics of bond and care among diverse beings. Following that, possible choices arise to think of new ways of dialoguing with the dilemmas of the Anthropocene, as a world in a state of destruction. Within this framework, centered on material sensitivity, it s concluded that a practice of vital agency of thing cannot be conceived from a posthumanist stance as articulated in this text. This is due to the ongoing dominance of an anthropocentric narrative that subtracts dignity not only to certain humans but also to those differing from their own + specie. Thus, from this area X and the experience of dripping, a speculative fable of progress is erected.Esta reflexión aborda la potencia de lo no humano y su agenciamiento político en la experiencia cotidiana como habitante de Santiago que recorre diariamente las estaciones del metro de la ciudad y vivencia las filtraciones de agua en los túneles. Es en este paisaje donde se efectúan variaciones y una experimentación estética y poética que encuentra a la cosa en categoría moderna de residuo cuando ya no le es útil a una sociedad. De esta manera, se pesquisan las huellas de esa dignidad ontológica en compañía de autores que resuenan con perspectivas feministas que critican el binarismo naturaleza/cultura, derivado del dualismo cartesiano, y buscan integrar el cuerpo y la materia dentro de una ética del vínculo y el cuidado entre diversos seres. Desde allí, surgen posibles opciones para pensar nuevas formas de dialogar con las problemáticas propias del Antropoceno como un mundo en estado de destrucción. Es en este entramado, cuyo principio es la sensibilidad matérica, que se llega a la conclusión de que no es posible pensar una práctica de agencia vital de las cosas desde una postura posthumanista —que es la que posee esta reflexión escrita—, debido a que no se ha superado aún la trama antropocéntrica que resta dignidad a ciertos humanos y, menos aún, a lo que difiere de su misma especie. Así, a partir de esa área X y la experiencia del goteo se erige una fábula especulativa del progreso.