Rol del adulto en el desarrollo de la autonomía: una respuesta desde la Pedagogía Pikler
The role of the adult in the development of autonomy: a response from Pikler Pedagogy
Author
Pincheira-Soto, María Jesús
Abstract
Pikler Pedagogy provides a comprehensive outlook on fostering autonomy in children, which is a fundamental aspect of child development and a right in itself, rather than an imposition. Additionally, it emphasises the significance of the adult's role in this process. Instead of imposing restrictions or excessive control, the adult should adopt a respectful and child-centred approach. However, tensions and challenges can arise for both children and adults due to the prevailing adult-centric view, particularly during the children's stay at the infant level. Therefore, instead of controlling or directing the child's actions, the adult should ensure a safe and nurturing environment that encourages exploration and active learning. This involves being an attentive observer and providing physical and emotional safety. During autonomous activities, adults should have confidence in the child's abilities and skills, allowing them to make decisions. This requires an attitude of respect towards the child, recognising their individuality and valuing their capacity to learn and grow. La Pedagogía Pikler ofrece una perspectiva enriquecedora sobre el desarrollo de la autonomía en los niños como un aspecto fundamental del desarrollo infantil, que constituye un derecho en sí mismo, no una imposición. Asimismo, destaca la importancia del papel del adulto en este proceso, que, en lugar de imponer restricciones o un control excesivo, debiese adoptar un enfoque respetuoso y centrado en el niño. Sin embargo, debido a la visión adultocéntrica imperante, emergen tensiones y desafíos tanto para los niños como para los adultos que los rodean, específicamente durante la estancia de los niños en el nivel infantil, por lo que, en lugar de ser un controlador o un director de las acciones del niño, el adulto debe ser un garante de un ambiente de bienestar y un observador atento. Esto implica proporcionar un entorno físico y emocionalmente seguro que promueva la exploración y el aprendizaje activo por parte del niño. Los adultos deben confiar en las capacidades y habilidades del niño, permitiéndole tomar decisiones durante su actividad autónoma. Esto implica una actitud de respeto hacia el niño, reconociendo su individualidad y valorando su capacidad de aprender y crecer.