Planteamos una transformación filosófica de la educación entendida como espacio de encuentro entre culturas, potencialmente de choque o de diálogo.Explicitamos brevemente la noción de "función filosófica" -que no se agota en la presencia de un segmento curricular llamado "filosofía" sino que impregna toda la educación- y los rasgos del "rigor filosófico" propio de las aulas.Finalmente volvemos a éstas donde bulle la interculturalidad que se niega a la exclusión y el aislamiento y que es preciso reinventar cada vez en diálogos filosóficos.