Show simple item record

dc.creatorVenegas Castillo, María
dc.date2018-12-28
dc.identifierhttp://www.revistas.usach.cl/ojs/index.php/publicitas/article/view/3612
dc.descriptionSegún Nietzsche (1872) una de las claves para entender la profundidad del mundo era el arte y la poesía trágica, solo los corazones artísticos son capaces de penetrar en el corazón del mundo. Los griegos desarrollaron conmaestría este entendimiento dentro de su cultura, creando una religión artística llena de dioses y mitos que explicaban la complejidad de ser un ser humano, con todas sus dimensiones. Quienes creaban esos mitos no eran religiosos como los que conocemos hoy, no eran seres elegidos por una divinidad para representarlo en la tierra; eran artistas. La humanidad siempre ha intentado sanar la herida de su existencia, esa herida que nos señala el irremediable paso del tiempo que ocasionará nuestro inevitabledesaparecer; esa es nuestra tragedia. ¿Qué hay después? Creamos vidas después de la muerte, pensamos que existe otra oportunidad guardada para nosotros en otros mundos. Según Nietzsche, la sanación de esta herida encuentra respuestas en el arte, pero no hablamos de cualquier arte, hablamos de la tragedia griega y de la contraposición de lo Apolíneo y lo Dionisíaco.es-ES
dc.formatapplication/pdf
dc.languagespa
dc.publisherUniversidad de Santiago de Chilees-ES
dc.relationhttp://www.revistas.usach.cl/ojs/index.php/publicitas/article/view/3612/26002916
dc.sourcePublicitas; Vol. 6 Núm. 2 (2018)es-ES
dc.source0719-4005
dc.titleEl arte como cura a la eterna herida de la existenciaes-ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/publishedVersion
dc.typeArtículo revisado por pareses-ES


This item appears in the following Collection(s)

Show simple item record