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dc.contributores-ES
dc.creatorVerdejo, Nicolás
dc.date2012-08-01
dc.date.accessioned2019-04-22T14:25:35Z
dc.date.available2019-04-22T14:25:35Z
dc.identifierhttp://www.revista180.udp.cl/index.php/revista180/article/view/99
dc.identifier10.32995/rev180.Num-29.(2012).art-99
dc.identifier.urihttp://revistaschilenas.uchile.cl/handle/2250/51353
dc.descriptionNo es novedad que para el estudiante y arquitecto, el viaje trasciende las épicas y románticas travesías de las que alguna vez habremos escuchado en la universidad: Le Corbusier en Atenas, India y Brasil; Aalto en España e Italia, o para los que quieran ir más allá: Marco Polo y sus registros bajo la tutela de Kublai Kahn. Muchos habremos emprendido, con cándido entusiasmo, la aventura de realizar un registro dibujado o fotografiado de cuánto pudiese devenir en materia de estudio, o bien, sana complacencia. Muchos somos, también, los que no hemos podido eludir el momento de registrar los arquetipos iconográficos o postales de grandes ciudades del mundo. Pues bien, pareciera que rara vez en estos dulces testimonios de viajes se evidenciara una inminente y escurridiza situación: los desplazamientos. Y es que, en una ciudad como Santiago, con sus ya conocidos problemas de crecimiento, los tiempos para llegar de un lugar a otro bastarían al silencioso literato para escribir novelas enteras; al joven inquieto para escuchar la discografía de sus ídolos tropicales por altavoz; y a la abuela para tejer su chomba. En esta oportunidad, en un viaje que varía entre el automóvil, metro, micro y buses regionales, es suficiente el tiempo para un voyeur y su registro de una realidad que difícilmente se presta para ser capturada; esquivamente se regala para ser contemplada y habitualmente es menospreciada: está entre las faenas del día, el tráfago de las oficinas y el retorno al hogar. Es un tiempo abierto para sacar cuentas, pero a su vez no elaborado. Son dibujos que no tienen otro afán más que desafiar el hábito, retar el tiempo y plasmar esta realidad efímera; poner en valor imágenes a menudo consideradas anecdóticas en 3 determinadas escalas: paisajes que van alternándose y transformándose, cuerpos de pie o sentados que suben y bajan, curiosos rostros durmientes, pendientes, irritados, enjutos o frescos. El dibujo, como revólver de una sola bala, intenta recoger con precisión y asertividad el perfil, a menudo seductor, de quienes ostentan grandes narices, ceños profundos o abultadas mandíbulas. Asimismo, en este caso (y no único), el dibujo es un conducto de re-creación que recoge lo que se ve, siendo bello o no, pero a la vez regala a lo registrado un nuevo sentido en la línea, en su luz y lenguaje.es-ES
dc.formatapplication/pdf
dc.languagespa
dc.publisherUniversidad Diego Portaleses-ES
dc.relationhttp://www.revista180.udp.cl/index.php/revista180/article/view/99/97
dc.rightsCopyright (c) 2016 Revista 180es-ES
dc.rightshttp://creativecommons.org/licenses/by/4.0es-ES
dc.sourceRevista 180; Núm. 29 (2012): ARCHIVO Y MEMORIAen-US
dc.sourceRevista 180; Núm. 29 (2012): ARCHIVO Y MEMORIAes-ES
dc.source0718-669X
dc.source0718-2309
dc.subjectes-ES
dc.subjectes-ES
dc.titleLOS OTROS VIAJES DEL ARQUITECTO DIBUJOS DE UNA REALIDAD ESCURRIDIZA Y POSTERGADAes-ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/publishedVersion
dc.typeen-US
dc.typees-ES


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