The invisible hand and the blind watchmaker: the limits of the Smith-Darwin parallel
La mano invisible y el relojero ciego: los límites del paralelo Smith-Darwin
Author
Bellolio, Cristóbal
Abstract
Throughout the history of economic thought and political philosophy, many have identified a common thread between the ideas of Adam Smith and Charles Darwin. In the same way that Smith showed how national wealth and aggregate prosperity are unintended consequences of competition among individuals driven by their selfinterest, Darwin showed how complex design and ecological balance are unintended consequences of competition among organisms. The analogy, notably defended by F. A. Hayek, states that the economic and natural orders were not deliberately designed from the top-down, but they emerged spontaneously from the bottom-up. Taking Hayek’s lead, contemporary popular science writers and political theorists have argued that creationists and “Intelligent Designers” who follow Smith in economics should accept Darwinian mechanisms to explain biodiversity. Otherwise, they are guilty of philosophical inconsistency. The same charge has been levelled against socialists who accept Darwin’s ‘blind watchmaker’ in nature but reject Smith’s ‘invisible hand’ in economics. The paper explores this charge and finds it vulnerable indifferent ways. Among other problems, it violates Hume’s dictum that we do not derive ought from is; it obscures the differences in which individual agency deploys in biology and economics; it underestimates the specific non-chaotic conditions in which each order emerges; it ignores the epistemic features of an omniscient god in Christian theology; and it misreads the extension that Hayek himself gave to the Smith-Darwin analogy. A lo largo de la historia reciente del pensamiento económico y la teoría política, muchos han identificado un hilo común entre las ideas de Adam Smith y Charles Darwin. El paralelo sostiene que, de la misma manera en que Smith demostró que la riqueza de las naciones y la prosperidad de los pueblos son consecuencias inintencionadas de la competencia entre individuos persiguiendo su interés propio, Darwin demostró de qué manera el diseño complejo de las especies y el equilibrio ecológico eran consecuencias de la competencia entre organismos por sobrevivir y reproducirse. Este paralelo, articulado notablemente por F.A. Hayek, sugiere que ni el orden económico ni el orden natural fueron diseñados deliberadamente de arriba-hacia-abajo, sino que emergieron espontáneamente de abajo-hacia-arriba. A partir de las observaciones de Hayek, popularizadores de la ciencia y teóricos políticos de nuestro tiempo han sostenido que los creacionistas y partidarios de la tesis del “Diseño Inteligente” que siguen las ideas de Smith en el campo económico, deberían aceptar los mecanismos darwinianos para explicar la biodiversidad. De lo contrario, serían culpables de inconsistencia filosófica. El mismo cargo se sostiene contra los socialistas que aceptan la acción del ‘relojero ciego’ darwiniano, pero rechazan la acción de la ‘mano invisible’ smithiana. El presente artículo examina este cargo y concluye que es vulnerable en varios sentidos. Entre ellos, viola la Ley de Hume que establece que no se pueden derivar conclusiones normativas de premisas fácticas; difumina los distintos tipos de agencia individual en la economía y la biología; subestima las particulares condiciones en las cuales cada orden emerge; ignora las características epistémicas de dios cristiano; y hace una lectura incorrecta de la extensión que el propio Hayek daba al paralelo entre Smith y Darwin.