Initial education has been seen as one of the means that would allow facing the condition of permanent poverty and inequality in which an important number of Chilean families live. In this article the peculiarities that the poverty situation impresses on the designing of the pre-school education programs are discussed. Besides, the importance of developing plans for early intervention which incorporates the family is stressed, emphasizing its educational role, mainly through mothers. Finally, it is presented the experience of two preschool participative educational programs carried out in Chile, and the effects that they show on the children and the families as well as on the institution which imparts them.La educación inicial ha sido visualizada como uno de los medios que permitirían enfrentar la condición de pobreza crónica y desigualdad que vive una proporción importante de las familias de nuestro país.  En este artículo, se discuten las particularidades que la situación de pobreza imprime al delineamiento de programas de educación preescolar.  Además, se destaca la importancia de implementar planes de intervención temprana y que incorporen a la familia, subrayando el rol educativo que ésta tiene, particularmente a través de la madre.  Finalmente, se comenta la experiencia de dos programas participativos de educación preescolar implementados en Chile, y los efectos que éstos muestran tanto en los niños y sus familias, como en las instituciones que los imparten.