This article investigates how the semiotic tools socially shared have a role in psychological development of students enrolled in argumentative classes. The process of internalization is understood as a form of semiotic regulation, socially shared, that benefits the organization and structuring of higher mental functions. We use an argumentative instructional design inspired by the adaptation made by Leitão (2012) to the Critical Debate Model / MDC (Fuentes, 2011) to create an environment of systematic argumentation as a mediation resource for the development of reflective thinking of students. In each cycle (5 debates), the students (38) are divided into three groups, who rotate to assume the roles of protagonists, antagonistics and judges/researchers – in every cycle there are activities to teach how to argue and argue to learn school content. Hence, they are systematically stimulated to exchange points of view rationally, evaluate arguments, question positions, produce arguments and anticipate counter-arguments. The workshop where teachers stimulated the teaching of argumentation for the purpose of developing argumentative competencies were qualitatively analyzed. The semiotic-discursive analysis of 12 cases (one of the three groups) indicates that there are three levels of regulatory agents: 1) the design, 2) the instruction of the teachers, 3) the reaction (understanding) of the students. And the regulators are divided into the dimensions of knowledge construction and pragmatic / rhetoric of the argument organized in: 1) macroregulators, which say of the general regulators present in the design and instruction and 2) local regulators, who say respect of the updated use of general regulators internally by students. Finally, it is proposed to think about the role of constructing argumentative class designs that take into account the complexity of semiotic dynamics in educational contexts.Este artículo investiga cómo las herramientas semióticas socialmente compartidas participan del proceso de desarrollo psicologico de los estudiantes involucrados en clases argumentativas. El proceso de internalización es entendido como una forma de regulación semiótica, socialmente compartida, que favorece la organización y estructuración de las funciones mentales superiores . Utilizamos un diseño instruccional argumentativo inspirado en la adaptación realizada por Leitão (2012) al Modelo de Debate Crítico/MDC (Fuentes, 2011) para crear un entorno de argumentación sistemático. En cada ciclo de actividades (5 debates), los estudiantes (38) se dividen en tres grupos, quienes rotan para asumir roles de protagonistas, antagonistas y jueces/investigadores, en relación a la controversia objeto de cada debate – en todos los ciclos hay actividades de aprender a argumentar y argumentar para aprender. Así, son estimulados sistemáticamente a intercambiar racionalmente puntos de vista, evaluar argumentos, cuestionar posiciones, producir argumentos y anticipar contraargumentos. Fue analizada cualitativamente los talleres donde los docentes estimulaban la enseñanza de argumentación con fines de desarrollo de competencias argumentativas. El análisis semiótico-discursivo de 12 casos (uno de los tres grupos) indica que hay tres niveles de agentes de regulación: 1) el diseño, 2) la instrucción de los docentes, 3) la reacción (comprensión) de los estudiantes. Y los reguladores se dividen en las dimensiones de construcción del conocimiento y pragmática/retórica de la argumentación organizadas en: 1) los macroreguladores, que dicen de los reguladores generales presentes en el diseño y la instrucción e 2) los reguladores locales, que dicen respecto del uso actualizado de los reguladores generales de forma internalizada por los estudiantes. Al fin, se propone pensar sobre el rol de la construcción de diseños de clases argumentativas que lleven en cuenta la complexidad de la dinámica semiótica en contextos educativos.