Currently, engagement is a fundamental process for generating effective instructional improvement methods, proved in a series of normative and legal frameworks of educational policy. That is why the National Policy for School Coexistence and the Citizen Training Plan creation is essential. This work aims to show how vital participation is within processes for school educational improvement. The work methodology centers on reviewing specialized secondary sources, emphasizing the importance of involvement as a useful management tool. Evidence leads us to conclude that promoting active participation is an excellent challenge for educational leaders, which often means rallying principles associated with mutual collaboration among those involved in school government. This challenge lies in not proposing education participation based on "imposed" regulatory frameworks, be it a law or a decree. On the contrary, education communities should seek to promote collaborative and participatory actions based on self-management, taking into account their contexts and criteria, fostering the creation of high expectations, trust, and processes for improvement.Actualmente, la participación corresponde a un proceso fundamental para generar procesos de mejora educativa efectiva, demostrada en una serie de marcos normativos y legales de la polí­tica educativa. Por eso asume importancia la Polí­tica Nacional de Convivencia Escolar y la Creación del Plan de Formación Ciudadana. El presente trabajo tiene como objetivo dar a conocer la importancia de la participación en los procesos de mejora educativa escolar. La metodologí­a de trabajo se centró en la revisión de fuentes secundarias especializadas, poniendo énfasis en la importancia de la participación como herramienta de gestión efectiva. La evidencia permite concluir que fomentar una participación activa genera un desafí­o potente para los lí­deres educativos, en orden a movilizar creencias asociadas a la colaboración mutua entre los que están insertos en la organización escolar. Este desafí­o está en no plantear la participación educativa a partir de marcos normativos "impuestos" , sea esta una ley o un decreto, sino que, por el contrario, las comunidades educativas busquen la promoción de acciones colaborativas participativas a partir de la autogestión, tomando sus contextos y criterios, favoreciendo la creación de altas expectativas, confianza y procesos de mejora.