Los debates por una educación no sexista en Chile tienen un correlato innegable con el movimiento feminista-estudiantil y lasdiversas expresiones que abogan por vidas libres de violencias. La educación se constituye como campo de disputa, y frente a ello, el lenguaje inclusivo ha sido de aquellos frentes que el libro de Valeria Sardi y Carolina Tosi consideran central. Como bien contexualizan las mencionadas autoras en el prefacio, para el caso argentino, “a partir de los movimientos de Ni Una Menos (iniciado en 2015) y las marchas y discursos que apoyaron el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (2018 y 2020), el lenguaje inclusivo irrumpió en las voces de lxs manifestantes e hizo visibles identidades hasta ahora soslayadas” (Tosi y Sardi 2020, p. 14).