“Any tramp feels entitled to insult those who work in the public service”.
“Cualquier patipelao se siente con derecho a insultar a quienes trabajan en el servicio público”
Author
Barría, Diego
Ostiguy, Pierre
Ahumada, Daniel
Poblete, Aldo
Abstract
In 2014, a group of young congressional deputies in Chile proposed reducing legislators’ compensation by 50%. The goal was to solve a legitimacy problem stemming from the high income received by Congressional representatives in a context of severe social inequality. The literature generally states that legislative compensation has been a prerequisite for broadening democracy, as it allows people without income from sources other than daily work (e.g., rent or investments) to exercise a representative function in Congress. However, political science has not pondered the fact that legislative compensation is not always viewed as an instrument in the service of the quality of representation, but can instead become a source of political conflict, especially when its relative magnitude is very significant. This article aims to explore that dimension, through a study of the debates that legislative salaries (and especially their amount) have generated in Chilean society from 1924 to 2021. We argue that, over the course of those ninety years, legislative compensation has evolved from being viewed as a useful tool for incorporating new social sectors into political life to one generating a distortion of representation by giving parliamentarians a standard of living that puts them out of touch with the majority and makes them part of a select high-income minority. En 2014, un grupo de jóvenes diputados propuso reducir en un 50% la dieta parlamentaria en Chile. Con esta iniciativa se buscaba solucionar problemas de legitimidad derivados de los altos ingresos de los congresistas en un contexto de alta desigualdad. La literatura, generalmente, señala que la dieta parlamentaria es un requisito para la ampliación democrática, pues permite que personas que no tienen otros ingresos (e.g., rentas o inversiones) que los provenientes del trabajo diario puedan ejercer la función representativa en el Congreso. Sin embargo, la ciencia política no se ha detenido a estudiar en detalle que la dieta parlamentaria no es siempre vista como un instrumento capaz de mejorar la calidad de la representación política, sino a veces como una fuente de conflicto político, especialmente cuando se trata de magnitud relativa. Este artículo busca analizar esta arista, a partir de un estudio de los debates que la dieta, y especialmente su monto, ha generado en la sociedad chilena entre 1924 y 2021. Se sostiene que, en un plazo de 90 años, la dieta pasó de ser considerada como un instrumento útil para incorporar nuevos sectores sociales a la vida política a ser visto como uno que genera una distorsión de la representación al dotar a los parlamentarios de un nivel de vida que los coloca dentro de una muy selecta minoría de personas con altos ingresos.