Hombre y mujer en la utopía platónica
Author
Méndez, Víctor Hugo
Abstract
¿Qué es el hombre? ¿Quién es el hombre? La antigüedad clásica generó diversas respuestas a tales interrogantes. El propósito del presente trabajo es reconstruir una de ellas.La pregunta por el hombre puede formularse como la búsqueda de su naturaleza. Y la naturaleza del hombre es no tener naturaleza. El hombre es un híbrido de Dios y animal, comparte algunos atributos de ambos géneros. Lo propio del hombre, su actividad, es el pensamiento y el conocimiento. Pero tal es el patrimonio de la deidad desde Jenófanes hasta el motor inmóvil de Aristóteles. Las funciones corporales hermanan al hombre con las bestias y los vegetales. La nutrición es indispensable incluso para las plantas. La procreación le recuerda al hombre su animalidad y su diferencia sexual. El hombre es nada sin la mujer; pero la división sexual sigue siendo copropiedad de todos los animales.¿Qué queda como exclusivo del hombre y de la mujer? ¿Acaso nada? Algo les pertenece: la libertad, o en otras palabras, la ética y la política. La teología natural platónica coincide con la aristotélica en que lo divino no puede obrar mal. ¿Qué interés, pasión o error pueden predicarse de las Ideas o del pensamiento del pensamiento? Los animales no pueden ser morales por carecer de libertad. Los animales y los dioses, a diferencia de los hombres y las mujeres, están exentos de las preocupaciones políticas; los primeros se rigen por la ley de la selva, de acuerdo con la cual el gavilán se come al ruiseñor; los segundos son entes perfectos cuya convivencia es armoniosa o nula según las teologías aludidas (claramente antihoméricas). El ser humano está condenado a optar, a construirse su propia esencia en lo personal y lo social.