La evaluación de la violencia filio-parental ha suscitado mucha preocupación en la última década. La guía para la evaluación del Riesgo de Violencia Filio-Parental (RVFP) es una herramienta recientemente, diseñada para anticipar la reincidencia en este tipo de violencia y que se puede utilizar en procesos terapéuticos, en contextos judiciales (p. ej., adopción de medidas) u otras circunstancias en las que un profesional necesite determinar las necesidades y los riesgos de un caso. Este estudio tuvo como objetivo proporcionar datos sobre el uso de la RVFP en contexto terapéutico, describiendo la prevalencia de factores de riesgo de jóvenes que asistían a un programa cognitivo-conductual, comparando puntuaciones pre-post tratamiento y analizando su capacidad para predecir el resultado del tratamiento. Se evaluó a un total de 118 jóvenes antes del tratamiento y a 66 al finalizar el programa. Se dieron cambios significativos en los factores de riesgo (reducción) y de protección (aumento) tras la participación en el programa (debido al programa o debido a la consideración del profesional en la evaluación post-tratamiento), pero la RVFP no pudo predecir este resultado. Futuros estudios deberían incluir datos de reincidencia para confirmar el éxito real después del tratamiento (independientemente de la opinión del profesional) y la validez predictiva de la CPVR para la reincidencia.  Child-to-parent violence assessment has raised much concern in the last decade. The Child-to-Parent Violence Risk (CPVR) assessment tool is a recently developed guide, designed to anticipate violence recidivism, that can be used during therapy, pretrial assessment, and other circumstances were professionals need support to determinate needs and risks of cases. This study aimed to provide empirical data on the use of the CPVR in a therapeutic context, describing the prevalence of risk factors of youth attending a cognitive-behavioral program, comparing scores on CPVR in a pre-post assessment, and analyzing its ability to predict treatment results. A total of 118 youths were assessed using the CPVR before treatment, and 66 also had a post-treatment assessment. Significant changes in risk (reduction) and protective (increase) factors after program participation (due to the program or due to the professional’s consideration in post-treatment assessment) were observed, but the CPVR was not able to predict the success coded by clinicians. Future research should include recidivism data to confirm the real success after the treatment program (regardless of the professional’s opinion) and the predictive validity of the CPVR for recidivism.