El contexto en el que es posible generar este trabajo, emerge de la complejidad que reviste la palabra inclusión; esa es la razón por la que, muchas veces, se la aborda desde lo que no es o desde otros campos con los que se la confunde. Ahora bien, probablemente mucho de lo que abarca la inclusión hace sentido a otros campos, situación que contribuye a circunscribirla a otros lugares del conocimiento ahondando con ello la confusión. El propósito de este trabajo es abordar la inclusión desde dos espacios: el primero se relaciona con la manera en que los museos conceptualizan y generan conocimiento en torno a la inclusión; y el segundo, consignando a la participación transformadora (dispositivo social utilizado por los museos) como un principio esencial de la inclusión que contribuiría a comprenderla desde su propia especificidad. A través de una exploración bibliográfica y de un recorrido al trabajo práctico de los museos, el texto va estableciendo relaciones y tensiones entre una educación inclusiva y una educación patrimonial. Reconociendo la problemática epistemológica, uno de los resultados interesantes para compartir es que esta aproximación les ha permitido a los museos levantar un tipo de conocimiento –que nace en el quehacer, que es situado, que se nutre de teorías a veces marginales o suprimidas–, para abordar la inclusión desde el lugar de la cultura, de lo simbólico y de los complejos espacios de interacción y tensión en torno al patrimonio. Un segundo resultado es que los museos admiten que la palabra inclusión encierra “algo bueno”, por lo que su aproximación al concepto se ha transformado en una necesidad e imperativo ético y afectivo –especialmente de los equipos educativos– que buscan, a través de distintos ejercicios museológicos y museográficos, generar espacios inclusivos. Podemos concluir que la educación inclusiva en los museos es un trabajo que amerita exploraciones más profundas con el fin último de identificar particularidades metodológicas o principios propios de la educación no formal que facilitan u obstruyen su implementación, sin embargo, esta aproximación nos permite reconocer que la inclusión es un espacio que se observa en los museos desde el ánimo de la justicia, los derechos y la afectividad.