La experiencia se desarrolla en un entorno donde la ruralidad y la producción agrícola, es la actividad más importante y su fuente de ingreso principal. Los agricultores ofrecen sus productos muy sencillamente, por desconocimiento o falta de recursos, pues no incorporan una marca o un packaging atractivo que potencie el producto y le otorgue un valor agregado (Farquhar, 1989). El packaging otorga este valor agregado, como un elemento de identificación, valoración y para el propio transporte del producto (Bassin, 1988). En este entorno el diseñador da respuesta a una necesidad real, mediante un packaging para exponer y visibilizar los productos. Así, se plantea a alumnos de tercer año de Diseño Gráfico, el desafío de abordar el diseño y desarrollo de un packaging para productos del sector rural.  En esta experiencia se ha utilizado como metodología de aprendizaje, la antigua técnica japonesa del Origami (plegado de papel), así los estudiantes pueden ir explorando de una manera lúdica, intuitiva y exploratoria, las posibilidades que brinda el papel, en la creación de un diseño que cumpla con contener, proteger y exhibir un producto, conservando sus características particulares y la identidad cultural local (Agnieszka, 2005).