El presente artículo da cuenta de la experiencia desarrollada en torno al proyecto de innovación académica, adjudicado por la carrera de Educación Diferencial, centrado en poner de manifiesto la inquietud sobre la existencia o no de prácticas universitarias inclusivas, extendiendo su interrogante a la labor de todos los docentes. Lo anterior en el contexto del modelo formativo basado en competencias de la Universidad Central de Chile, y del particular sello de la inclusión como motor del desarrollo humano, hoy en día entendido más allá de la educación especial, la formación de profesores diferenciales y las necesidades especiales, es decir, ampliando la perspectiva sobre la atención a la diversidad de estudiantes y el ejercicio real de acceder y progresar en todos los niveles del sistema educativo. La propuesta apostó por iniciar la experiencia a través de la participación de estudiantes y docentes de Educación Diferencial y Terapia ocupacional, con quienes se conformó una comunidad profesional de aprendizaje, que junto a las referencias nacionales e internacionales dieron como fruto, una guía con orientaciones ligadas a las prácticas universitarias inclusivas para profesores de distintas carreras.