Aun cuando desde que el hombre empezó a intervenir en la naturaleza, ha superado muchas fronteras impuestas por su precariedad, el movimiento transhumanista progresista se ha desarrollado en las últimas tres décadas. Como contrapeso al transhumanismo, también ha surgido el bioconservadurismo. Ambos transhumanismo y bioconservadurismo, hablan de mejorar al ser humano, pero coinciden en que no todo lo que se puede llamar “mejoras”, tiene el mismo estatuto ontológico y moral. Aun con eso, se ha llegado a plantear la posibilidad de que el transhumanismo llegue a un extropianismo o a un posthumanismo, lo cual ha conducido el discurso científico a un plano filosófico con grandes retos para la educación. Si consideramos que educar es transformar sacando lo mejor que hay en el ser humano, veremos los retos que plantea este movimiento en el que la tecnología es capaz de superar la transformación que puede lograr cualquier sistema educativo utilizado hasta la actualidad. La Filosofía es importante, porque los fundamentos filosóficos de este movimiento, no han logrado consenso sobre lo que es la naturaleza humana y hasta dónde el hombre se puede transformar. De aquí que propongamos abordar el tema desde el realismo metafísico de santo Tomás de Aquino. Recuperar la propuesta de santo Tomás en la consideración de los retos que enfrenta la educación en este movimiento filosófico, científico y cultural.