The mental health of university students is one of the new problems facing the higher education system, even before the Covid-19 pandemic. This article presents the systematization of experience as an innovative practice developed in the Occupational Therapy degree to account for the creation of the Student Wellbeing Coordination, a program that implements various strategies to provide support and networks relevant to the needs of the students. of the career. From a qualitative approach, a systematization of experience was carried out based on reflection on the initial situation and the participation of key actors in the proposed initiative. The knowledge production techniques were semi-structured interviews with key actors along with the review of forms/records specific to the initiative and institutional documentation related to the project. The results refer to the changes in the needs of the student body given the confinement situation experienced as a result of the Covid-19 pandemic, entry to higher education, personalized accompaniment between peers, actions oriented towards individual and collective well-being, and the current work model of the Coordination. Finally, reflections are presented on the importance of a mental health support unit from and for students, the need for a collective approach to mental health problems and university demands in this regard, the promotion of autonomy, leadership and student involvement in the processes of prevention and mental health care, as well as the challenges that higher education institutions face in this area.La salud mental de los y las estudiantes universitarios es una de las nuevas problemáticas que enfrenta el sistema de educación superior, incluso desde antes de la pandemia de Covid-19. Este artículo presenta la sistematización de experiencia como una práctica innovadora desarrollada en la carrera de Terapia Ocupacional para dar cuenta de la creación de la Coordinación de Bienestar Estudiantil, programa que implementa diversas estrategias para otorgar apoyos y redes atingentes a las necesidades de las y los estudiantes de la carrera. Desde un enfoque cualitativo, se realizó una sistematización de experiencia a partir de la reflexión sobre la situación inicial y la participación de actores claves en la iniciativa propuesta. Las técnicas de producción de conocimiento fueron entrevistas semiestructuradas a los actores claves junto con la revisión de formularios/registros propios de la iniciativa y documentación institucional afín al proyecto. Los resultados se refieren a los cambios de necesidades del estudiantado dada la situación de confinamiento vivida a raíz de la pandemia de Covid-19, el ingreso a la educación superior, los acompañamientos personalizados entre pares, las acciones orientadas hacia el bienestar individual y colectivo, y el actual modelo de trabajo de la Coordinación. Finalmente se presentan reflexiones sobre la importancia de una unidad de apoyo en salud mental desde y para los estudiantes, la necesidad del abordaje colectivo de las problemáticas de salud mental y demandas universitarias al respecto, la promoción de la autonomía, el liderazgo e involucramiento estudiantil en los procesos de prevención y cuidado de la salud mental, así como también los desafíos que enfrentan las instituciones de educación superior en este ámbito.