En este artículo se analiza una de las tendencias más influyente y permanente en la educación mexicana durante el siglo XX: el “espiritualismo”. Como forma de entender la educación y sus objetivos, éste nació con la Ilustración en los escritos de Jean Jacques Rousseau y sus seguidores, quienes fundaron en 1889 la Liga Internacional de la Educación Nueva. Nuestra hipótesis es que la fuerte influencia que tuvo esta tendencia en México durante el mandato de José Vasconcelos en la Secretaría de Educación Pública (1921-1924), se mantuvo pese a la presencia de otras como la “pedagogía pragmatista-desarrollista” del callismo, la “educación socialista” del cardenismo y el “anarquismo” de la escuela racionalista. Esta fortaleza y permanencia se debió, tanto a la debilidad de las otras tendencias y su incapacidad de llevar a cabos sus planes, como a la presencia de grandes figuras que promovían las ideas espiritualistas: el propio Vasconcelos, la poetisa y maestra chilena Gabriela Mistral y el poeta y diplomático Jaime Torres Bodet.