En Cachorros de negro mirar, Paloma Pedrero indaga en el oscuro mundo de los grupos juve­niles neonazis que surgieron en España durante los años noventa, los que se caracterizaban por su intolerancia hacia todo tipo de diversidad. En mi ensayo, recurro a la crítica de Theodor Adorno hacia el activismo como fetiche (entendido como el deseo de hacer cosas compulsiva­ mente sin ninguna consideración ética) y el ideal pedagógico del rigor. También uso las teoríasde Hanna Arendt sobre el terror totalitario, que ponen de relieve la absoluta sumisión del indivi­duo al colectivo como una de las características más relevantes de los movimientos totalitarios. En su anhelo de transformar a la humanidad en el portador activo e infalible de una ley superior, los movimientos totalitarios privan al cumplimiento de dicha ley de cualquier voluntad humana,lo que implica la negación del valor del individuo en favor de la especie. Según Arendt, el terror totalitario impone la obediencia ciega y anula la capacidad para elaborar convicciones propias.