El trabajo debe probar la hipótesis de la intrínseca relación entre pensamiento, cultura y literatura. La obra literaria nace dentro de una estructura social más o menos definida, y, por lo tanto, en mayor o menor grado, revela la idiosincrasia del momento histórico cultural y social en que se gesta. Desde esta perspectiva, se pueden asumir las creaciones literarias como documentos que permiten conocer una etapa de la evolución de un grupo social.En ese sentido, toda novela, en alguna medida, es novela social, por cuanto da testimonio, de forma directa, figurada o representada, de una época, de una sociedad, de sus usos y costumbres y del modo como la estructura social configura a los personajes, determina sus acciones y su decir.El planteamiento anterior nos lleva a preguntarnos: hoy, en América Latina, en Chile, ¿se está pensando?, ¿se está construyendo un pensamiento?, ¿qué es pensar?, ¿qué significa pertenecer a un determinado contexto histórico?Buscaremos respuesta a estas interrogantes en la producción novelística chilena aparecida en la segunda mitad del siglo XX, específicamente, en el último tercio. Nos interesa investigar qué tipo de cultura se aprecia en las novelas más representativas del Chile de la actualidad. El análisis deberá demostrar dos ángulos de la obra: lo real visible y lo implícito.