Through an exemplary design case study, we look at how mediating bodily disturbances and cultivating perspective transition from first-to second-person perspective amplifies somaesthetic awareness. The paper focuses on the less explored aspect of soma design, which is the mediation of disturbing experiences that disrupt the everyday flow i.e., pain. The design process illustrated a transition between first- and second-person perspectives to cultivate and externalize the experience with pain as a wearable bodily interaction. The externalized pain experience was translated into an interactive wearable, ‘Squeaky/Pain’, that augments the wearer’s somaesthetic awareness via sound, tactile, and kinesthetic sensations. This paper makes two main contributions to soma design: introducing the implications of disturbing experiences for augmenting somaesthetic awareness and exemplifying how inner bodily disturbances can be materialized through the cultivation of first-and second-person perspectives.A través del estudio de caso de un diseño, examinamos cómo la conciencia somaesté­tica se ve amplificada por la intermediación de perturbaciones corporales y el cultivo de una transición desde una perspectiva de primera persona a una de segunda persona. El artículo se centra en el aspecto menos explorado del diseño somático: la media­ción de experiencias perturbadoras que interrumpen el flujo cotidiano, en este caso, la experiencia de dolor. El proceso de diseño ilustró una transición entre las perspectivas de primera y segunda persona para cultivar y externalizar la experiencia con el dolor en la forma de una interacción corporal vestible. La experiencia del dolor externalizado se tradujo en un dispositivo vestible interactivo, “Squeaky/Pain”, que aumenta la conciencia somaestética del usuario a través de sensa­ciones sonoras, táctiles y cinestésicas. Este artículo hace dos contribuciones principales al diseño somático: introduce las implicacio­nes de las experiencias perturbadoras a la hora de aumentar la conciencia somaestéti­ca y ejemplifica de qué manera las perturba­ciones corporales internas pueden materia­lizarse mediante el cultivo de perspectivas en primera y segunda persona.