Cultivating somatic sensibilities involves heightening our sensory appreciation as a path to devise meaningful multisensory experiences in interaction design. Immersed in an increasingly digitalized and data-cen­tric world, research projects centering on the sensory, embodied, and material reality of our experience, might start losing momentum. On the other hand, the pandemic has also transferred our labs from the public nature of our workshop room to the intimacy of our homes, bringing unexpected benefits and challenges. The articles included in this issue center on the sensory and material experiences of designers, who work with design methods that foreground somatic modes of inquiry and show how these changes could open a door for new opportunities to emphasize the importance of embodied and somatic practices in design and HCI. Cultivar la sensibilidad somática implica aumentar nuestra apre­ciación sensorial como vía para idear experiencias multisensoriales significativas en el diseño de interacción. Inmersos en un mundo cada vez más digitalizado y centrado en los datos, los proyectos de investigación centrados en la realidad sensorial, corporizada y material de nuestra experiencia, podrían empezar a perder impulso. Por otra parte, la pandemia también ha desplazado nuestros laboratorios, trasladándolos desde el carácter público del taller a la intimidad de nuestros hogares, aportando beneficios y retos inesperados. Los artículos incluidos en este número se centran en las experiencias sensoriales y materiales de diseñadoras que trabajan con métodos de diseño que ponen los modos somá­ticos de indagación en primer plano, mostrando cómo estos cambios podrían abrir nuevas oportunidades para subrayar la importancia de las prácticas corporizadas y somáticas en el diseño y la HCI.