This article is part of the research project DIUMCE FIE 12/08, which currently is in its stage of completion. This project aróse as a product of the result obtained in a previous research, where it was found that family participation in the educational process at the level of initial education is reduced mainly in the best cases, to attend meetings, attend to be quoted or to deliver material resources or collaborate with the express request of the educator level but it does not come from voluntary disposition or the personal interests of the parents. This fact, far from the desiredor expected theoretically, if we understand that true participation involves, among other things, the ability to influence, decide, say, contribute and dissent, as stated in the “Participation of families en la education initial en American Latina” (UNESCO, 2004).Currently exists in our country a policy that encourages participation of parents and guardians and that seeks to promote the link home - school, giving the family a more prominent and active role in the systematic education of their children, regardless of educational level they are.In this scenario, and from the perspective of the initial formation of a Educator, the need to inquire about the requirements that, in this context, issues for the formation of a professional teacher, which would inelude aspeets relating to the skills needed enable it to perform work effectively with the family, contrasting with the teaching skills declared in the current education profiles. This analysis will allow glimpses of possible responses designed to promote the discrepancy between statements, requirements and initial teacher training.El presente artículo se enmarca en el proyecto de investigación DIUMCE FIE 12/08, el que actualmente se encuentra en su etapa de finalización. Dicho proyecto surgió como producto del resultado obtenido en una investigación anterior, donde se pudo constatar que la participación de la familia en el proceso educativo a nivel de educación inicial, se reduce principalmente y en el mejor de los casos a: asistir a reuniones,  concurrencia al ser citados o a entregar recursos materiales o colaborar ante la petición expresa de la Educadora del nivel. Esta participación no surge de la disposición voluntaria o del interés personal de los padres. Este hecho, dista mucho de lo teóricamente deseado o esperable, si se entiende que una verdadera participación implica, entre otras cosas “...la posibilidad de incidir, decidir, opinar, aportar y disentir ”, tal como está declarado en el documento “Participación de las familias en la educación inicial en América Latina” (UNESCO, 2004).Actualmente, existe en nuestro país una política que orienta la participación de padres y apoderados y que procura favorecer el nexo hogar - escuela, otorgando a la familia un rol más protagónico y activo en la educación sistemática de sus hijos(as), sin importar el nivel educativo en que se encuentren.En este escenario, y desde la perspectiva de la formación inicial de un Educador/a, surge la necesidad de indagar sobre los requerimientos que, en este contexto, se plantean para la formación de un profesional docente, en los que se incluyan aspectos vinculados con las competencias necesarias que lo habiliten para efectuar un trabajo efectivo con la familia, contrastándolo con las competencias docentes declaradas en los actuales perfiles de formación. Este análisis permitiría vislumbrar posibles respuestas tendientes a favorecer la discrepancia entre declaraciones,requerimientos y formación docente inicial.