Is it necessary to promote the development of individual cultural features to create a university? A community dedicated to delivering the best of its abilities and having its work transcend inevitably needs to supply effective answers to issues of a substantive rationality that will contribute to provide guidance and meaning to the type of university desired. It is precisely in the search for the ideal university where the meaning of the role played by culture in professional training becomes particularly clear, as does the link it generates with society.This ideal should contribute -among other aspects- to promoting a highlevel debate regarding national and international issues, to maintaining the characteristic features of national identity and to protecting the environment and improving the living standards of our fellow citizens.To this end, the process of education should therefore take place, essentially, in a context in which there should be sufficient room for human development and spiritual development, to enable professionals to carry out their tasks in an increasingly complex, global setting. These are the elements strongly provided by an institutional culture that aims to equip individuals with principles and values-¿Es necesario promover el desarrollo de rasgos culturales propios para hacer universidad? Una comunidad que se vuelca a aportar lo mejor de sus capacidades y a hacer trascender su obra universitaria necesita, inexorablemente, dar respuestas efectivas a temas de racionalidad sustantiva, que contribuyan a dar orientaciones y sentido al proyecto de universidad que se desea construir. Es, precisamente, en la consecución del ideal universitario donde se da, con particular nitidez, el significado que juega la cultura en la formación profesional y la vinculación que permite generar con la sociedad. Este ideal debe contribuir, entre otros aspectos, a promover una discusión elevada de los temas nacionales e internacionales, a mantener los rasgos característicos de la identidad nacional, a velar por la preservación del medio ambiente y a mejorar la condición de vida de todos nuestros compatriotas. Para ello, el proceso educativo debe transcurrir, esencialmente, en un ambiente formativo, en el que se debe dar suficiente espacio para el crecimiento humano y espiritual, que habilite a sus profesionales para un desempeño en ambientes progresivamente complejos y globales. Y son estos elementos los que aportan, fuertemente, una cultura institucional forjadora de principios y valores.