This study was carried out in Engineering Schools and Technical Training Centers in the Antofagasta Region, Chile -the epicenter of mining worldwide It reveals the gender stereotypes of male/female teachers regarding women in mining careers, in a productive context that aspires to the parity by 2050. Through a qualitative, descriptive and comparative study, 23 semi-structured interviews were conducted with male and female teachers, engineers and technicians. Based on the theory of gender and ambivalent sexism, a thematic analysis was carried out, identifying categories and subcategories. Results verified that the female teachers are demanding and benevolent in their judgments, and the male teachers accentuate the attributes linked to the female students: order, responsibility and respect. Both segments transmit their own knowledge, regarding the ways of being, relating and developing and reflect dichotomies in their speeches, unconsciously hindering the training of young people. Therefore, it is a challenge for higher education programs to incorporate strategies that reverse ambivalences and the role that gender constructs play in the training of women, to modify the hidden academic culture that sustains segregation and the set of imperceptible resistances in professional training.Este estudio, realizado en escuelas de ingeniería y centros de formación técnica de la Región de Antofagasta, epicentro de la minería a nivel mundial, devela los estereotipos de género de los/as docentes respecto de las mujeres en carreras mineras, en un contexto productivo que aspira a la paridad en 2050. En un estudio cualitativo, descriptivo y comparativo, se realizaron 23 entrevistas semiestructuradas a profesores/as ingenieros/as y técnicos/as. Con base en la teoría de género y del sexismo ambivalente, se realizó un análisis temático, identificando categorías y subcategorías. En los resultados se constató que las docentes son exigentes y benevolentes en sus juicios, y los profesores acentúan los atributos femeninos en las estudiantes: orden, responsabilidad y respeto. Ambos segmentos transmiten sus propios saberes, respecto de las formas de ser, relacionarse y desenvolverse, y reflejan dicotomías en sus discursos, obstaculizando, inconscientemente, la formación de las jóvenes. Por lo tanto, es un desafío para la educación superior incorporar estrategias que reviertan las ambivalencias y el rol que juegan los constructos de género en la formación de las mujeres, para modificar la cultura académica oculta que sostiene la segregación y el conjunto de resistencias imperceptibles en la formación profesional.