This study analyzes the relationship between parental involvement and substance use in adolescents from the Enrique Salinas Buscovich school in Chillán, Chile. Using a qualitative approach with a phenomenological design, semi-structured interviews were conducted with eight high school students and their parents, complemented by the application of the Positive Parenting Scale (E2P). The results reveal a significant correlation between the low level of parental involvement and the consumption of substances such as alcohol, tobacco and marijuana. It was identified that adolescents who perceive greater supervision and emotional support have lower rates of consumption, while those with less involved parents show a greater predisposition to experiment with drugs. The study highlights the importance of strengthening parental skills, especially those linked to communication and emotional connection, as key tools for the prevention of risk behaviors in adolescence. It is recommended to implement family and community intervention programs aimed at developing parenting skills and promoting protective environments, thus contributing to the reduction of substance use in school and family contexts.El presente estudio analiza la relación entre el involucramiento parental y el consumo de sustancias en adolescentes del colegio Enrique Salinas Buscovich, en Chillán, Chile. A través de un enfoque cualitativo con diseño fenomenológico, se realizaron entrevistas semiestructuradas a ocho estudiantes de enseñanza media y sus padres, complementadas con la aplicación de la Escala de Parentalidad Positiva (E2P). Los resultados revelan una correlación significativa entre el bajo nivel de involucramiento parental y el consumo de sustancias como alcohol, tabaco y marihuana. Se identificó que los adolescentes que perciben mayor supervisión y apoyo emocional presentan menores tasas de consumo, mientras que aquellos con padres menos involucrados muestran una mayor predisposición a experimentar con drogas. El estudio destaca la importancia de fortalecer las competencias parentales, especialmente las vinculadas a la comunicación y la conexión emocional, como herramientas clave para la prevención de conductas de riesgo en la adolescencia. Se recomienda implementar programas de intervención familiar y comunitaria orientados al desarrollo de habilidades parentales y la promoción de entornos protectores, contribuyendo así a la reducción del consumo de sustancias en contextos escolares y familiares.