Emotions play an indisputable role in the affective, social, family and educational bonding, guiding the actions of life around personal satisfaction and a better social experience. In many circumstances of life, a good level of development of emotional competences has a favorable incidence for individuals, families and groups, therefore it is understandable that this development is part of the teaching practice, being important to carry out theoretical and reflexive studies that favor a better phenomenological understanding. The objective of this essay is to describe the different instances of the use of emotional competencies in teachers. In the educational field, this can be studied under three aspects: teachers as initial and intermediate educators who provide tools for life and coexistence; as individuals who are almost permanently influenced by their emotions in their work; and because of the little information available regarding the vocation of studying a teaching career with emotional competencies. As it is known, the teacher possesses, projects, receives and promotes his emotionality, for which reason, any review constitutes a necessary contribution to be made, in the search for better alternatives to strengthen emotional competences in the teaching staff.Las emociones juegan un papel indiscutible en la vinculación afectiva, social, familiar y educativa, guiando las acciones de la vida en torno a la satisfacción personal y a una mejor vivencia social. En muchas circunstancias de la vida, un buen nivel de desarrollo de competencias emocionales tiene una incidencia favorable para las personas, familias y grupos, por lo mismo resulta comprensible que este desarrollo forme parte de la práctica docente, siendo importante realizar estudios teóricos y reflexivos que favorezcan una mejor comprensión fenomenológica. El objetivo de este ensayo es describir las distintas instancias de uso de competencias emocionales en el profesorado. En el ámbito educativo esto puede ser estudiado bajo tres aristas: al profesorado como formador inicial e intermedio que aporta herramientas para la vida y la convivencia; como individuos al estar influidos de manera casi permanente por sus emociones en su labor; y por la poca información que se tiene respecto a la vocación de estudiar la carrera pedagógica contando con competencias emocionales. Como es sabido, el profesor posee, proyecta, recibe y promueve su emocionalidad, motivo por el cual, toda revisión constituye un aporte necesario de realizar, en la búsqueda de mejores alternativas para fortalecer las competencias emocionales en el profesorado.